5 habilidades que los mejores estilistas tienden a dominar
- rodrigomorlett
- 15 may 2018
- 2 Min. de lectura
QUE RECONOZCA TU MOOD AL LLEGAR
Cuando una persona es profesional y le apasiona, se nota. Todas queremos dejar nuestra melena en manos de una persona profesional, y desde que llegamos al salón buscamos empatía. Si tuvimos problemas o estamos estresadas, lo menos que esperamos es que tu estilista te reciba con una sonrisa y dispuesto a sentirte bien, si notas que al llegar al salón te evade o no profundiza mucho, piénsalo dos veces antes de regresar con él o ella.
QUE SEPA ESCUCHAR
Tampoco se trata de hacerse amigos del alma, pero es básico que tu estilista sepa escuchar, al grado de que te sientas en confianza de decirle si va bien, si hay que parar para darte a entender mejor, si necesitas de su orientación, etc. Si tratas de hacerle la plática y él o ella te pone carota, ¡hasta la vista!
QUE ENTIENDA TU PERSONALIDAD
Los estilistas son artistas por naturaleza, por lo que muchas veces traen ideas demasiado atrevidas y nuevas para el gusto de la mayoría de las personas que les gustan los cortes convencionales. Un profesional sabe analizar de acuerdo a tu trabajo y estilo de vida, lo que te queda y con lo que te vas a sentir cómoda, ¡aguas! si te propone raparte porque está de moda, es momento de decirle adiós.
QUE SEA ÉTICO
Una cosa es sugerirte una cera o tratamiento y otra muy diferente es que te acose tratándote de vender los productos del salón de belleza. El experto sabrá exactamente que recomendarte para tu tipo de cabello. Si comienza a hablarte de lo excelentísisisisimos que son todos los productos que venden y que cualquiera es perfecto para ti, dile muy claramente que no te interesa, y si insiste revalúa si es conveniente seguir atendiendo ahí.
PRECIO POR ADELANTADO
No siempre lo más caro es lo mejor. Pero tampoco es bueno arriesgarse, revalúa la experiencia, el trato y la limpieza, así como los puntos anteriores y dale el justo valor a este servicio que puede ser causante de que tu imagen sea buena o un desastre.
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